Los secadores al vacío se utilizan en numerosas aplicaciones de la mayoría de los sectores industriales, como el químico, el farmacéutico, el alimentario, el de los plásticos y el de los polvos metálicos.
El secador al vacío es la pieza central de un sistema de secado al vacío que también incorpora componentes de calentamiento y circulación de medios, vacío y recuperación de disolventes. El secador consta de un recipiente cerrado con camisa térmica que sirve de cámara de secado. El recipiente suele ser de acero inoxidable o de aleaciones especiales que se adaptan a sus necesidades, y su capacidad suele oscilar entre 100 y 16.000 litros (de 1 a 500 pies cúbicos).
Se pueden emplear varias fuentes de calor para suministrar medios calientes a la camisa térmica, en función de la temperatura y los requisitos de BTU resultantes. Normalmente se utiliza vapor de planta canalizado en la camisa o, para evitar problemas de condensación, se emplean elementos calefactores y un intercambiador de calor para calentar un fluido (normalmente agua o aceite) para la camisa. El fluido caliente fluye a través de la camisa térmica del secador para transferir calor a la cámara de secado.
La correcta especificación de la camisa térmica y de los componentes de calentamiento y circulación del medio, así como la garantía de que los caudales y la presión del medio son compatibles con la camisa, son factores importantes para el éxito del secado al vacío. Tenga en cuenta que el uso de vapor o agua caliente o aceite a presión en la camisa suele requerir un diseño de camisa de alta presión (para manejar una presión positiva superior a 1 atmósfera). La camisa de alta presión permite mejores caudales de medios y transferencia de calor a través de la camisa a la pared del secador, pero el diseño de la camisa tendrá que cumplir los rigurosos requisitos del Código ASME para recipientes a presión no sometidos a combustión.
Una línea de vacío va del secador a la fuente de vacío, normalmente una bomba de vacío, que reduce la presión atmosférica en el secador. La bomba de vacío es la principal responsable del nivel de vacío en el secador, siempre que el recipiente esté debidamente soldado y la línea de vacío esté efectivamente sellada al recipiente. El tipo más común es una bomba de vacío de anillo líquido.
El líquido de sellado de esta bomba puede ser agua, aceite o un disolvente compatible. La bomba suele producir un vacío del orden de 100 torr. Para una aplicación que requiera un vacío muy alto (atmósfera tan baja como 0,1 torr), puede utilizar un soplador rotativo e inyectores de aire para aumentar la capacidad de la bomba de anillo líquido.
La línea de vacío aspira los vapores que salen del secador a medida que se seca el material húmedo. Los vapores son captados por un sistema de condensación situado entre la bomba de vacío y el secador. El sistema suele incluir un precondensador y un depósito receptor de condensados. El precondensador se enfría para condensar el vapor, y el agua o el disolvente condensados se capturan en el depósito receptor de condensados. Una bomba de condensados extrae los condensados del depósito.
En algunos casos, como cuando el disolvente es tóxico o peligroso y supondría un riesgo para el medio ambiente si se desechara sin un tratamiento especial, el disolvente también puede utilizarse para el sellante de la bomba de vacío de anillo líquido. Para ello es necesario equipar la aspiradora con un sistema de condensación que disponga de un circuito cerrado de sellante.
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